viernes, 25 de enero de 2008

DIAKONIA, entre el servicio y el poder

Ubicarnos en el espacio de lo “popular”

Culturas populares: sistemas de representación y prácticas que construyen, en interacciones situadas quienes tienen menores niveles de participación en los recursos de valor instrumental, el poder y el prestigio social, y que habilitan mecanismos de adaptación y respuesta a estas circunstancias, tanto en el plano colectivo como en el individual. (P. Semán y D. Míguez: Entre santos, cumbias y piquetes. Las culturas populares en la Argentina reciente. Buenos Aires, Biblos, 2006).

Análisis de los componentes de la definición

  • representación y prácticas: construcción de un sistema simbólico y de ciertos hábitos. Se dan en una matriz cultural, que además es portadora de la decantación de experiencias de las generaciones anteriores.
  • menores niveles de participación. si bien lo económico no define la “popular” es un componente inevitable. También lo hace la dificultad de acceso a recursos de distinto tipo (saberes, salud, etc.)
  • habilitan mecanismos de adaptación y respuesta: esa condición lleva a buscar y crear alternativas, una inventiva que se vale de medios distintos a los que tienen recursos y modos de resolver pautados por otra posición social.

Propósito de la “pastoral popular”

Operar, a partir del Evangelio, y en este contexto, para ayudar a crear condiciones de equidad (El Reino de Dios y su justicia). Crear condiciones de equidad no significa incorporar la cultura dominante (aunque sí recursos que en ella existen), sino el acceso a la posibilidad de construir desde sí nuevas simbólicas, nuevos conceptos de sí y del prójimo, y el acceso a mayores recursos de vida.

Ello implica una doble operación:

  • En el contexto de las situaciones particulares (nivel microsocial): necesidades básicas, relaciones familiares y vecinales, nuevas formas de comunidad, adicciones, plano psicológico, etc.
  • En el plano de las relaciones “políticas” (organismos de la polis). Esto lleva a reconocer los condicionamientos de las macroestructuras, y sus modos de mutua afectación. Operar desde lo político, sin “anclarse en el reclamo”. La importancia de la gestión estatal.
La pastoral popular no puede realizarse sin la presencia y participación en el barrio, y necesita el contacto con la cultura popular que en éste se crea, pero no puede conformarse con la gestión limitada a la resolución de lo inmediato: necesita la interacción con los planos macrosociales.

Como consecuencia de esto:

  • Ello implica ayudar a construir las soluciones con la gente (no para la gente), y aceptar las formas creadas desde lo popular.
  • Asumir las simbólicas existentes, rescatar los modos de representación existentes, poder conversas “en un mismo lenguaje”.
  • Reconocer la dimensión institucional y “conexional” de la iglesia como forma de gestión en la sociedad y el estado.

Tensiones que ello genera

  • El reconocimiento de las asimetrías. Se busca servir, pero no se puede servir sin poder. El Evangelio es una invitación al servicio humilde, pero es también un mensaje “poderoso” que busca ser eficaz. Corre el peligro de crear “clientelas” evangélicas, pero al mismo tiempo debe poder dar respuestas concretas en la situación.
  • La encarnación significa asumir la cultura popular. Pero a la vez el Evangelio es crítico de toda cultura, en la medida en que toda cultura es portadora de opresiones y hegemonías, de prácticas de violencia. y muerte. La cruz y resurrección de Jesús y la prédica del Reino como nueva forma de comprender as relaciones humanas son núcleos de aceptación pero también de transformación de las culturas.
  • La pastoral popular implica un énfasis en la comunidad local, pero necesita la dimensión institucional colectiva, con sus contradicciones (sea la Iglesia, el estado, los ámbitos de las ONG, etc.). Ello implica también arriesgarse a la ambigüedad del mundo político.
  • En nuestro caso, el aporte de la tradición evangélica. Un mensaje que es diferente y construye una simbólica infrecuente para lo popular (sin íconos): se inscribe “en el alma y en los hábitos”. Aparece siempre como una “contestación”. Será popular pero difícilmente masiva.
"Del Taller realizado en la Región Metropolitana, por el Pastor Néstor Míguez"

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