jueves, 13 de noviembre de 2008

Declaración Pública de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas sobre bajar la edad de imputabilidad en adolescentes.

Nuestra comunidad de iglesias cristianas quiere expresar su preocupación sobre los proyectos que se están considerando en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires con relación a bajar la edad de imputabilidad en adolescentes. Esta preocupación acompaña las voces que desde otras organizaciones de la sociedad civil ya se han expresado y con las que queremos trabajar en común para fortalecer la contención, acompañamiento y defensa de los niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad. No queremos ni podemos guardar silencio ante estos proyectos porque ello sería una complicidad con miradas que no compartimos.
La seguridad de todos y todas no se construye con represión y castigo. Nuestro compromiso con la dignidad, la libertad, el bienestar y la justicia para con todos los seres humanos nos obligan a romper los silencios y denunciar estas respuestas inconsistentes frente a los riesgos sociales de muchos niños, niñas y adolescentes. Bajar la edad de imputabilidad de los niños, niñas y adolescentes no es expresión de una voluntad de contenerlos, amarlos y promover sus derechos, sino que se está pensando desde la perspectiva de quienes tienen poder económico y político.
De la misma manera en que nuestro Creador y creador de toda criatura a su imagen y semejanza jamás nos ha tratado con mano dura, sino que une siempre la misericordia con la justicia, que es lento para enojarse y rápido para perdonar, también nosotros y nosotras queremos apoyar esas políticas que garanticen el futuro de esos niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad social.
Junto con diversos organismos que desde hace muchos años tienen un comprometido trabajo de protección de los derechos y la dignidad de los niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y que en todo momento les han considerado como sujetos de derecho, la FAIE se une en el esfuerzo de promover el pleno ejercicio de los derechos de ciudadanía garantizado por tratados internacionales y leyes provinciales.
Esta Federación quiere promover respuestas integrales que tomen en cuenta las estructuras sociales injustas y expulsivas que han producido y provocado la situación de vulnerabilidad de los niños, niñas y adolescentes que son objeto de nuestra ternura, protección y esperanza.
La preocupación sobre situaciones de inseguridad es también nuestra preocupación, pero no concordamos con soluciones parciales, limitadas y poco imaginativas como es la de bajar la edad de imputabilidad. Todas y todos sabemos que las diversas leyes que se han aprobado en los últimos años para endurecer las respuestas judiciales no han aportado soluciones de fondo.
La preocupación de esta Federación es, en primer lugar, la seguridad de estos niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo, preguntándonos sobre su escolarización, su contención familiar, su salud, la capacitación laboral y el acompañamiento efectivo y afectivo. Esta es una tarea que deben asegurar los organismos del Estado, que tiene la responsabilidad de promover la contención y seguridad integral de todos los niños, niñas y adolescentes.
Conociendo a través de muchos de los fieles y líderes de las comunidades que forman parte de la FAIE , la situación de abuso, hacinamiento y abandono de todo tipo al que son sometidos las y los niños que ingresan al sistema de institutos de la Provincia de Buenos Aires afirmamos, fundamentado en estadísticas confiables, que esa respuesta no permite la rehabilitación de ninguno de los niños, niñas y adolescentes sometidos a ese régimen.
Sería positivo que se tenga en cuenta la situación en que viven los niños, niñas y jóvenes en esos espacios que deben ser de reinserción social y nunca de castigo. Es necesario generar políticas públicas para dignificarlos como seres humanos.
Todo proyecto y acción con relación a la baja de la edad de imputabilidad de los menores debe tener en consideración los documentos, declaraciones y acuerdos internacionales que la Nación Argentina se ha comprometido en respetar y las leyes nacionales relacionadas con este tema. Apoyamos el contenido de la Convención Sobre los Derechos del Niño, las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores (Reglas de Beijing) Resolución Nº 40/33 de la Asamblea General ; Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad Resolución Nº 45/113 de la Asamblea General y las, Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de laDecl Delincuencia Juvenil (Directrices de Riad), Resolución 45/112 de la Asamblea General.
Tener en cuenta la Ley Provincial Nº 13.298 como ley marco del sistema de promoción y protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Consultar a las organizaciones de la sociedad civil que diariamente acompañan y contienen a niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y que tienen experiencia que nace del trabajo realizado.
Declaración Pública adoptada por la Junta Directiva de la FAIE en su reunión del día 10 de noviembre de 2008.
Pr. Adolfo Pedroza Lic. Nicolás Rosenthal Secretario FAIE Presidente FAIE


Federación Argentina de Iglesias Evangélicas. Inscripta en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto N° 1040. Personería Jurídica N° 1651. Av. José María Moreno 873 (CP: C1424 AAI). Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Tel.: +54 11 4922-5356. secretaria@faie.org.ar

martes, 4 de noviembre de 2008

Entrevista a Leonardo Boff

"Sin utopías, nos empantanamos en los intereses individuales"

Por Claudio Martyniuk (*)Nada de lo humano le es ajeno a Leonardo Boff. Autor de una gran obra, centrada en la Teología de la Liberación, militante ecológico, luchador contra la opresión social y la cultura patriarcal, dejó el ejercicio sacerdotal oficial en 1992, luego de padecer sanciones y apercibimientos del Vaticano. Invitado por la fundación AVINA, realizó actividades en distintos puntos del país y conversó en exclusivo con Clarín.
- ¿Qué balance puede hacer de la difusión de la Teología de la Liberación en América latina? ¿La lucha contra la opresión sigue siendo un ideal vigente?- La Teología de la Liberación sigue vigente en aquellas iglesias y grupos que toman en serio la injusticia social y la opresión que sufren las grandes mayorías. Hoy es en los movimientos populares, en los círculos bíblicos, de carácter ecuménico, donde la Teología de la Liberación encuentra su más grande difusión. Está presente en todo el mundo, en Asia, África, América Latina y en grupos solidarios del Primer Mundo. Esto se puede comprobar en los foros mundiales de Teología de la Liberación que se hacen una semana antes de los foros sociales mundiales, sea en Porto Alegre, en Nairobi y el año próximo en Belem de Brasil.
- Su actual preocupación ecológica, ¿cómo se vincula con la teología? ¿Hay un "puente" entre teología y ecología?- La Teología de la Liberación nació escuchando el grito del oprimido: pobres económicos, indígenas, afrodescendientes, mujeres. Hoy gritan las aguas, los bosques, los animales, es toda la Tierra la que grita. Dentro de la opción por los pobres y contra la pobreza debe ser incluida la Tierra y todos los ecosistemas. La Tierra es el gran pobre que debe ser liberado junto a sus hijos e hijas condenados. Y la opción por los pobres es la marca registrada de la Teología de la Liberación.
- La mayoría de los problemas ecológicos son causados por las naciones más ricas. ¿Qué pueden hacer los más pobres para preservar el ambiente?- La causa principal del clamor ecológico es el tipo de producción y consumo que se impuso desde los países ricos sobre todo el mundo. Este sistema explota las personas, las clases, los países, y la Tierra. La consecuencia la notamos ahora con el calentamiento global que puede poner en riesgo la biodiversidad y, en el límite, a la especie humana. A los pobres les cabe gritar, denunciar y luchar para que se cambie este paradigma tecnocientífico y la cultura productivista y consumista. Caso contrario vamos todos al encuentro de lo peor. No hay un arca de Noé que salve a algunos y deje perecer a los demás. O nos salvamos todos, o perecemos todos. Los pobres son aquellos que por su situación de explotados ven mejor la perversidad de este sistema antivida.
- La filosofía de la historia moderna nos legó la idea de un camino de desarrollo infinito. Esta idea se ha encarnado sobre todo en el campo de la producción técnica. ¿Con esta ideología es posible establecer un orden social ecológico? ¿En su caso, qué idea debería sustituirla?- Un desarrollo infinito es imposible en un planeta finito y con recursos escasos. Esta idea es una ilusión no totalmente asimilada por los que tienen la conducción del proceso productivo en el mundo. Pero ya se están dando cuenta de que la lógica de este tipo de desarrollo está en contradicción con la lógica de la vida. O cambiamos o la Tierra no va a aguantar. Hay que pasar de una sociedad de producción de productos materiales a otro tipo de sociedad de sustentación de toda vida, y de producción de valores humanos que puedan ser compartidos por todos, porque la Tierra es de todos. Tenemos que producir para atender a las demandas humanas en sintonía con los ciclos de la naturaleza y con sentido de equidad en la distribución de los beneficios y servicios para todos.
- En el plano ecológico mental, Ud. le asigna especial relevancia al costado femenino que tendrían todos los seres humanos, ya que lo asocia a una ética del cuidado. ¿Qué efectos sociales tendría la extensión de esta actitud entre los miembros de la familia humana?- Somos herederos de una cultura patriarcal que se ha impuesto en los últimos doce mil años. Ella ha creado el Estado, las leyes, la burocracia, los ejércitos y la guerra. Esta cultura ha dominado a la mujer o la ha hecho invisible en la sociedad. Esto ha significado una recíproca deshumanización porque el hombre ha reprimido lo femenino que hay en él y ha forzado a la mujer a reprimir lo masculino que hay en ella. Cada ser humano es sustentado por estas dos fuerzas constituyentes de nuestra identidad: lo femenino que responde por la capacidad humana de acogida, de enternecimiento, de sensibilidad, de cuidado y de sentido de lo simbólico y de lo espiritual, y por lo masculino que atañe a la racionalidad, al trabajo, a la superación de obstáculos, al poder y a la utilización de la fuerza. En el hombre y en la mujer coexisten estas dos dimensiones. Cuando son bien articuladas y asumidas de forma integradora, componen la excelencia del ser humano. La mujer es la portadora privilegiada, sin ser exclusiva, de esta dimensión de lo femenino. Por eso está más cercana a la complejidad, a la vida y al cuidado que la vida necesita. Hoy se hace urgente rescatar lo femenino para tratar mejor la naturaleza, respetar las alteridades y salvaguardar la vida amenazada.
- ¿Es posible restablecer alguna utopía en nuestra época? ¿Qué rasgos debería tener?- Una sociedad no vive sin utopías, es decir, sin un sueño de dignidad, de respeto a la vida y de convivencia pacífica entre las personas y pueblos. Si no tenemos utopías nos empantanamos en los intereses individuales y grupales y perdemos el sentido del bien vivir en común. A mi juicio, la utopía que puede reencantar a la vida es una relación de reverencia y respeto a toda vida, de sinergia con las fuerzas de la naturaleza, de hospitalidad con todos los seres humanos y de convivencia en la diversidad de culturas, religiones y de visiones de mundo. Una utopía de una Tierra organizada desde una articulación central de valores, principios y poderes que administren los recursos escasos para todos, habitando como una familia en la misma casa común, la Tierra. Esto no es imposible. Efectivamente vamos a construir una sociedad así o posiblemente Gaia, la Tierra viva, no nos va a soportar y va a expulsarnos como una célula cancerígena.
- En el mundo hay hambre y aumenta el precio de los alimentos. ¿Debería existir una ética para moderar el negocio de los productos destinados a satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos?- Yo creo que el hambre de millones de personas, no a raíz de falta de alimentos sino de la incapacidad de adquirirlos por la demasiada pobreza, demuestra la ausencia de sensibilidad delante del sufrimiento de los otros humanos. Somos crueles y sin piedad. Existe la urgencia de una gobernabilidad central de la humanidad y de la Tierra que tenga poder para garantizar a los vulnerables el alimento necesario, suficiente y decente. Comer es un derecho humano fundamental y es un deber de todas las sociedades y Estados garantizarlo, porque somos hijos e hijas de la Tierra. Creo que lentamente vamos caminando en esta dirección porque de otra forma no vamos a mantener la familia unida, sino bifurcarla entre aquellos que comen y aquellos que no comen.
- El consumismo es un rasgo de nuestra civilización. ¿Cómo se podría atemperarlo, hacerlo responsable?- Cada uno tiene que desarrollar una conciencia de solidaridad humanitaria y de responsabilidad universal. El consumo debe de ser medido, debe alcanzar una justa medida. Podemos vivir bien con menos. Importa incorporar valores intangibles que dan sentido a la vida y a la convivencia, como el cuidado mutuo, la compasión con los que sufren, la cooperación para que todos tengan lo necesario. Cada uno tiene que hacer la revolución molecular, es decir, empezar por sí mismo y realizar lo que Gandhi decía: "Sé tu mismo la solución y el mundo que tú quieres para los demás".
- ¿Es posible, en este mundo, mantener el sentido del humor? ¿Qué formas de felicidad podemos alcanzar?- A pesar del abatimiento y de la melancolía que la actual situación del mundo nos puede producir subjetivamente, podemos mantener el sentido de humor porque existe en nosotros la irrefrenable convicción de que la vida es más fuerte que la muerte y que podemos disfrutar de todo lo que la Tierra nos brinda con su vitalidad y que los seres humanos han creado con su ingenio. Hay potencialidades en nosotros y en el proceso evolutivo que todavía no se han realizado y que pueden irrumpir, abriendo un nuevo ciclo en la historia, más integrador y más respetuoso de cada ser del universo.
- El actual Papa es muy crítico con el relativismo ético. ¿Cuál es su posición ante el relativismo?- Todo lo que es creado y está en proceso de crecimiento y de evolución es relativo en un doble sentido: relativo en la medida que está siempre relacionado con todo lo demás y que nadie vive fuera de la relación. Relativo en un segundo sentido de que el absoluto es solamente Dios. Todo lo demás es relativo, puede cambiar, puede ser diferente, no puede imponerse a los demás. Solamente espíritus autoritarios imponen lo relativo suyo como algo absoluto, congelando la historia y el caminar de los humanos. Lo que debemos es asumir nuestra transitoriedad con responsabilidad, con sentido de respeto y veneración, caminando junto con los demás y construyendo algo colectivo que sea bueno para la vida y para la convivencia entre las diversidades humanas.
(*) Periodista. Argentina.