Han pasado más de 25 años desde que llegamos al Estado de Derecho, en ese camino los Organismos de Derechos Humanos y Movimientos Sociales tuvieron un importante lugar en la defensa de la dignidad humana y la liberación de la opresión militar, sin embargo en la Ciudad de Buenos Aires aún operan grupos a quienes se les ha dado la tarea, violenta y prepotente, de limpiar la ciudad de personas pobres en situación de calle.
Nuevamente la Unidad de Control de Espacios Públicos atacó a un grupo de personas en esa situación ubicadas debajo de la Autopista sobre calle Pasco en San Cristóbal. Quien más sufrió la represión fue Carla Baptista golpeada impunemente sin respetar su condición de mujer y menos aún estando embarazada. Le quisieron robar sus pertenencias para tirarlas a un camión de basura pero ella las defendió a gritos, en esos gritos clamaba respeto por su persona y sus cosas.
No es la primera vez que esto sucede ante la mirada indiferente y cómplice de un gobierno que fue elegido democráticamente y que hoy desconoce la dignidad de cientos de personas consideradas como basura por el solo hecho de ser pobres. Un funcionario de esa Unidad dijo “Lo que se hizo fue limpiar el lugar” y, de paso, culpa a los vecinos que reclaman una solución.
La solución es el maltrato? Las trompadas? El robo de sus pertenencias? La destrucción de sus documentos? ¿No es acaso esa la “solución” que utilizo el General Busi en Tucumán durante la dictadura, ¿no es esa la “solución” de la Alemania Nazi en años del genocidio ?
Contra esa solución se han levantado voces y reclamos de organismos defensores de la vida y la dignidad. ¿No tiene el gobierno de la ciudad funcionarios que deben cuidar la dignidad de toda persona? en esta situación, ¿para qué sirven ?
Yo quiero unir mi grito diciendo que es una ofensa al Estado de Derecho por el cual tanto se ha luchado, la existencia de la UCEP que viene operando impunemente. A ningún gobierno le asiste el derecho de haber creado semejante herramienta de maltrato que sistemáticamente viene violando de los derechos humanos de los pobres. ¿Ser pobre es un delito que se debe castigar de esta forma? Siento vergüenza ajena por la forma como la UCEP considera basura a quienes merecen la misma dignidad que todo ser humano. Repudio esta forma de practicar limpieza, la limpieza que debe ser es de la prepotencia, violencia, maltrato e impunidad de quienes han hecho de los pobres objetos que deben ser desechados.
Aldo M. Etchegoyen
Obispo (E ) Iglesia Evangélica Metodista
Co-Presidente de la APDH
Buenos Aires, 7/10/09
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